El siglo XIX es uno de los periodos más convulsos e
inestables en la Historia Universal, producto del enfrentamiento entre los
defensores del sistema político, social y económico existente, basado en la
desigualdad y en los privilegios de las clases dominantes, y una burguesía
revolucionaria que quería acabar con dicho sistema.
En Portugal la muerte de su rey Juan VI el 10 de
marzo de 1826, dio paso al enfrentamiento entre los dos grupos, personalizados
en los dos posibles herederos al trono: Don Miguel que representaba al grupo de
los apostólicos defensores del sistema vigente, y Don Pedro emperador de Brasil
y defensor del liberalismo y de la constitución liberal, que contaba con el
apoyo de Inglaterra, aunque era mal visto dentro del país.
El 27 de marzo a Don Pedro se le considera como rey
otorgándose en Portugal la Carta Constitucional. A partir del 26 de julio de
1826 se empiezan a producir levantamientos militares apoyados por el pueblo
contra un rey que consideraban ilegitimo.
Los liberales apelaron a la intervención extranjera
para sofocar el levantamiento nacional, llegando a fines de 1826 cerca de 8000
soldados británicos que junto a los fieles a Don Pedro consiguieron dominar la
rebelión.
Los insurrectos huyeron de Portugal refugiándose en
España, donde Fernando VII les dio buena acogida, repartiéndolos por distintos
lugares.
De este modo en el mes de abril de 1827 llegan a
Aldeanueva de Ebro como refugiados, los 150 hombres que forman el regimiento
portugués de Infantería nº 17, alojándolos en las casas de los vecinos más
humildes del pueblo puesto que las clases privilegiadas estaban exentas de
"cargas conzegiles, alojamientos y bagages", una situación nada
común que vino a alterar la vida cotidiana de los aldeanos.
El día 5 de abril de 1827, se leía el siguiente
bando:
"Mandan los señores de Justicia regimiento de esta villa, que haviendo tenido a vien nuestro savio Govierno Español, señalar esta villa uno de los depositos de tropa portuguesa refugiada, que an venido a ella 150 honvres, bajo la custodia y vigilancia de señores gefes españoles, y que en consecuenzia todos los vezinos a quienes ha tocado el alojamiento los rezivan en el con agrado, y sin insultarlos en lo más mínimo, porque no son acreedores a ello, y si a mejor suerte; que la tropa se portara con onor, quietud y tranquilidad y si dieren algun motivo a queja, acudiran a los gefes que los castigaran con el maior rigor."
Entre los refugiados también se encontraban mujeres,
como Rita Ferreira acompañante del soldado Francisco Fernández y Méndez,
quienes a consecuencia de la revuelta y posterior exilio no pudieron celebrar
en Portugal su matrimonio, que definitivamente se celebró en Aldeanueva.
La estancia de los portugueses en Aldeanueva se
prolongará al menos durante un año, periodo en el que al parecer no faltaron
los incidentes y enfrentamientos entre los aldeanos y los portugueses,
ocasionadas tanto por los desmanes realizados por los soldados (como el
destrozo de más de 100 chopos del soto de Castilluelos), como por el recelo de
la población a un grupo de soldados extranjeros a los que debían alojar.
Ante esta situación el 15 de febrero de 1828 se leía
un bando que mandaba
"que ningun vezino se mezcle con los soldados portugueses refugiados de este deposito, en camorras ni eszesos, sino antes vien los traten con amor y cariño en sus alojamientos porque asi esta mandado por Su Magestad pues a lo contrario serán castigados con el maior rigor, y lo mismo hara el señor coronel comandante con los soldados que cometan eszesos, que asi se hallan convenidas ambas autoridades."
PRADO
MARTÍNEZ, Miguel Ángel del (1992). Soldados portugueses
refugiados en Aldeanueva de Ebro, La Brújula:
Guía informativa de Aldeanueva de Ebro, n. 16 (jun. 1992)
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