En el año 1991 comencé los trabajos de recuperación,
organización y descripción del Archivo Municipal de Aldeanueva de Ebro, gracias
al apoyo económico del Instituto de Estudios Riojanos a través de una beca a la
investigación y a la posterior contratación de mis servicios por la corporación
municipal encabezada por Félix Minguillón quien siempre mostró su apoyo y
entusiasmo por el proyecto.
En aquella época la documentación municipal
se hallaba dispersa en distintos emplazamientos:
1.- Las dependencias municipales.
2.- El Archivo Parroquial.
3.- El matadero municipal.
La
documentación municipal en el Archivo Parroquial
De modo casi paralelo al trabajo en el
Archivo Municipal llevé a cabo la organización y descripción del Archivo Parroquial,
y una de las muchas sorpresas que deparó este archivo fue descubrir una serie
de legajos con documentación municipal de los siglos XVI al XVIII, toda ella de
gran valor, en su mayoría de origen real y con anotaciones como derechos de
aguadas o viñas que permitían hacer un primer acercamiento a su contenido.
Conocer
la razón por la que ese conjunto documental se encontraba en el archivo
parroquial, cómo y cuándo se llevó, o determinar si ese fue su primer y único
depósito fueron interrogantes que desde un primer momento interesaba contestar.
Gracias
a las actas de entrega de documentación redactadas entre 1535 y 1581,
contenidas en el primer libro de actas conservado del concejo de Aldeanueva,
junto a las actas e inventarios de documentos realizados en los año 1594, 1595,
1598 y 1600 se pudo contestar estas preguntas a la vez que conocer cuál fue la
documentación municipal en el siglo XVI.
Los
resultados de esa investigación fueron dados a conocer en un artículo publicado
en 1993 en la revista Berceo bajo el título “La
documentación municipal del Aldeanueva de Ebro (La Rioja)” accesible en Internet
Tal y
como se expone en el mencionado artículo en el año 1500 los Reyes Católicos
institucionalizan el Arca de los Privilegios cerrada con tres llaves y que
debía de servir de depósito seguro para la documentación de los concejos a quienes un año más tarde, les exigían la formación de libros en los
que registrasen sus ordenanzas, privilegios, escrituras y sentencias a su
favor.
El
documento original más antiguo conservado en el archivo municipal de Aldeanueva
de Ebro data del año 1502, lo que hace pensar que hasta la promulgación de las
pragmáticas de los Reyes Católicos, el concejo no se preocupó de la
conservación documental.
El
primer contenedor de la documentación fue un arca de pino cerrada con una llave, reemplazada en el año 1577 por otra arca cerrada con dos llaves, que a
su vez fue sustituida en 1595 por una de tres llaves. Desde al menos el año
1535, el arca era custodiada en las casas particulares de los regidores, y dado
que el cargo era renovado anualmente esta iba transitando de casa en casa.
Era
frecuente que algunos de los documentos estuvieran en manos de particulares, lo
que unido al continuo trasiego del arca provocó la pérdida de documentación,
por lo que se sintió la necesidad de depositar el arca en un lugar fijo y
seguro.
Pese
a la existencia de casa de concejo se decidió depositar la documentación dentro
de la iglesia parroquial de San Bartolomé, en un archivo que había sido
construido en el año 1594, fecha en la que se traslada la documentación al
mencionado archivo. La razón que llevó a las autoridades municipales a
depositar la documentación en la iglesia hay que buscarlo en el respeto que
inspiraban los lugares sagrados y en la solidez y seguridad de su fábrica, un
respeto y seguridad que no ofrecía la casa consistorial.
Presumiblemente
el archivo se localizó en el muro norte, lado del Evangelio de la iglesia,
entre las actuales capillas del Santo Cristo y de San Sebastián, a tres metros
del suelo, y era un pequeño espacio abierto en dicho muro con capacidad para
albergar únicamente el arca del concejo. Se cerraba con dos llaves custodiadas
por un alcalde y un regidor.
Funcionamiento
del archivo
La
responsabilidad de la documentación concejil recaía en las autoridades
municipales y escribano del concejo. Dado su escaso volumen documental no se
hacía preciso organizarla para localizar y recuperar rápidamente
el documento o documentos en los que se estuviera interesado, siendo suficiente
su disposición ordenada dentro del arca.
Si
bien la documentación estaba en poder y al servicio de los gobernantes y
administradores del municipio, a ella también tenían acceso personas
particulares, cuando su contenido les afectaba directamente.
El
control documental se conseguía gracias a unos inventarios redactados por el
escribano. Hasta 1594, los inventarios se realizaban cada vez que se producía
el cambio de regidores. Como consecuencia del cambio, los regidores salientes
entregaban la documentación que custodiaban a los entrantes, estando presentes
en dicho acto normalmente un alcalde ordinario y el escribano. Este último,
levantaba acta de la entrega, en la que consignaba la fecha completa (día, mes,
año y lugar), los nombres de los regidores salientes y de los entrantes, los
nombres de los testigos (alcaldes ordinarios y escribano) y el inventario de la
documentación contenida en el arca.
La
finalidad primigenia de dichos inventarios era servir de justificación de la
documentación que se entregaba a los nuevos regidores y de la cual debían dar
cuenta cuando cesasen en el cargo.
Al
fijarse el depósito de la documentación concejil en la iglesia parroquial se
redacta un nuevo inventario "para aver noticia, quenta y razon de
ellas", en definitiva un auténtico instrumento de descripción documental
cuyo objetivo era dar información y facilitar el control de la documentación
contenida en el archivo, siendo este el carácter que tendrán los nuevos
inventarios que se realicen.
Todos
los inventarios redactados a lo largo del siglo XVI describen muy someramente
cada uno de los documentos, mencionando el tipo documental del que se trata
(provisión, requerimiento, licencia, arrendamiento, ordenanza...) y el asunto,
no apareciendo en ninguna ocasión la fecha ni lugar de expedición del
documento.
No
hay ninguna clasificación ni orden que estructure a dichos inventarios,
reseñándose la documentación presumiblemente conforme se iba sacando del arca.
2 comentarios:
Un gran logro, Miguel Ángel, y de mucho trabajo. Facilitas la labor de los demás. Enhorabuena. Al menos Aldeanueva, como tantos otros, conserva una buena parte de su archivo municipal, lo que no ocurre (¡ay!)en Cervera. Una lástima lo mío y una alegría por lo tuyo.
Gracias Santiago. Cervera no ha tenido suerte con su documentación, pero pocos pueblos cuentan con gente de tu talla. Un abrazo
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