viernes, 13 de marzo de 2015

La creación de una aldea nueva en el siglo XIV

Las escasas referencias bibliográficas sobre el origen de Aldeanueva de Ebro, lo ligan a la conquista cristiana de Calahorra en el año 1045. Así lo hacen Francisco Gutiérrez Lasanta en su Boceto Histórico de Aldeanueva de Ebro, Justiniano García Prado en un artículo publicado en la revista Berceo en el año 1953 bajo el título de “Aldeanueva de Ebro, una villa de La Rioja Baja” y Francisco Javier Vicuña Ruiz en su libro Aldeanueva de Ebro: historia de un pueblo.

Más recientemente Tomás Sáenz de Haro en el capítulo dedicado a la Edad Media dentro de la Historia de Calahorra publicada en el año 2011 por la Asociación de Amigos de la Historia de Calahorra, nos da la clave para entender su fundación al vincularla al fuerte crecimiento demográfico producido entre los siglos XI y XIII en Calahorra y que dará lugar a la aparición de una serie de aldeas alejadas de la ciudad y situadas junto a las nuevas tierras roturadas en la vega del Ebro, como Murillo a finales del siglo XI, Rincón de Soto desde 1178 y Aguilar desde 1287. 

 Fuente de Aldeanueva de Ebro, actualmente desaparecida

Será un poco más tarde, en los albores del siglo XIV, cuando surja una “aldea nueva” más alejada del río Ebro. Las condiciones que ofrecían las tierras que se extendían entre la sierra de Yerga y el río Ebro la hacían especialmente apetecible para el desarrollo agrícola y pastoril, por lo que progresivamente se fueron estableciendo algunos moradores en una suave loma protegida de las aguadas de las tormentas y con una fuente a sus pies. Es posible afirmar que estos primeros pobladores procedían de la cercana aldea de Aguilar, situada a pocos kilómetros de Calahorra junto a las orillas del río Ebro y actualmente desaparecida. Así se señala en un impreso de finales del siglo XVII conservado en el Archivo de la parroquia calagurritana de San Andrés:
Tiene sus principios, santísimo padre la villa de Aldeanueva de las ruinas de una pequeña aldea de la ciudad de Calahorra, llamada San Pedro de Aguilar de cuyo templo se conservan oy sus paredes (aun siendo de tierra) en altitud de quatro estados de hombre poco más o menos, la latitud de este templo será como treinta pasos y por lo ancho quinze, todo con poca diferencia, de donde se infiere ser muy moderno el lugar de Aldeanueva, demás que lo significa su nombre, pues estando este templo humilde y pobre y en puesto eminentemente combatido de las aguas y los vientos, claro está que tiene pocos años quien se defiende de tan fuertes enemigos.
Santísimo padre, aunque es tan moderno Aldea Nueva, no puedo notificar a V. Beatitud fixo año en que se fundó, solo consta que algunos vecinos de dicha aldea de San Pedro de Aguilar baxaron a Aldea Nueva por tener espaciosos campos, holgados y más fértiles; que fundaron una granja o cortijo que se conserva oy con este nombre.
Como vemos en un principio no se puede hablar de la existencia de una aldea, sino que se trataba de un “cortijo” construido en un punto estratégico para cultivar y controlar los pastos de la zona.

El Cortijo “fosilizado” en el actual callejero. 
Foto: La Rioja desde el cielo (recogida por Pedro Álvarez Clavijo) 

Tal y como señalaba Pedro Álvarez Clavijo en un estudio sobre el cortijo de Tirgo, durante los siglos XIII y XIV en la zona navarro-riojana como cortijo se designaba a un reducto defensivo vinculado a un núcleo de población, cuya misión era la de servir de refugio a personas y bienes en caso de peligro. La forma de estos cortijos solía estar determinada por la existencia previa de construcciones a las que se adaptan, como castillos, torres, iglesias, o caseríos ya consolidados que debían ser protegidos.

No sería este el caso de Aldeanueva, cuyo cortijo fue creado “ex novo” y concebido sin que existiera ningún elemento constructivo anterior que lo condicionara, por lo que en su construcción se puede reconocer, tal y como señala Álvarez Clavijo, la aplicación de un modelo preconcebido que respondía a la idea abstracta que en el siglo XIV se tenía de un cortijo.

La reveladora morfología de las actuales calles Cortijo y la Cava reflejan bien a las claras un reducto planificado de tal modo que la protección quedaba asegurada por la agregación de una serie de viviendas, cuyas fachadas traseras definirían el perímetro exterior de un círculo cerrado; un círculo que quedaría cortado con la posterior construcción de la iglesia.

Tras la construcción del cortijo, y con la progresiva llegada de moradores surgirá una verdadera aldea a la que los documentos de comienzos del siglo XIV empiezan a llamar “la fuente”, para al poco tiempo empezar a llamarla indistintamente como “la aldea de la fuente” o “la aldea nueva”.

La primera referencia documental a nuestro pueblo la hemos encontrado en el año 1326 en un libro de las rentas recaudadas por las iglesias parroquiales de San Andrés y Santiago de Calahorra, en la que aparece citada como “la fuente”, así se menciona que se recogen los “siesmos” de San Andrés, Sant Yago, Santa María, Rencon de Soto, de Aguilar y de la fuente.

Solo siete años más tarde, en 1333 aparece mencionada como “aldea de la fuente” cuando el concejo de Calahorra concede un quiñón en “nuestra aldea de la fuente” al deán Juan Martínez de Tafalla, según referencia dada por Tomás Sáenz de Haro en la ya mencionada Historia de Calahorra.

Pocos años más tarde en las cuentas de los diezmos recaudados por el mayordomo de la iglesia parroquial de San Andrés ya aparece citada de manera explícita como “aldea nueva”, aunque también se le seguía llamando “aldea de la fuente”, así en el año 1357 las parroquiales calagurritanas recogen los siesmos de Sant Yago, San Andrés, Santa Maria, la aldea de Rencon de Soto, y la aldea de la fuente.

El nombre de Aldea Nueva parece ya fijado a finales del XIV, así en 1374 “Sancho Navarro del Aldea Nueva” suscribe un acuerdo entre concejo y cabildo y, como Aldea Nueva también aparece en 1381 en un acuerdo de pastos con Autol.

Al encontrarse dentro de la jurisdicción de la ciudad de Calahorra, Aldeanueva pasará a depender directamente de ella, siendo un lugar más de la dicha ciudad.