jueves, 29 de agosto de 2013

Refugios antiaéreos en Alcañiz

En Alcañiz durante la Guerra Civil, para proteger a la población de los ataques áreos, se construyeron una serie de refugios o se habilitaron distintos espacios, unos 40 en total, dispersos por las distintas calles de la localidad, y a los que acudían los alcañizanos cuando “las pavas” -así llamaban a los aviones bombardeos- sobrevolaban sus cielos.


Recientemente el Ayuntamiento de Alcañiz rehabilitó uno de estos refugios construido en 1937 junto a uno de los tramos de la antigua muralla medieval del barrio de los Almudines. Con una supuesta capacidad de 230 personas, este refugio antiaéreo es una estructura alargada de unos 2 metros de anchura por 1’90 de altura. Está cubierto por una bóveda de hormigón de unos 30 cm. de grosor y en la que todavía se pueden observar las marcas de las tablas que se utilizaron para su encofrado, algunas de ellas con las iniciales de la CNT y la FAI, organizaciones encargadas de su construcción.


El regugio cuenta con dos entradas pero no tiene ningún respiradero, ni tampoco había luz artificial, por lo que la estancia debía ser bastante agobiante.

No obstante de poco sirvieron estos refugios, cuando la tarde del 3 de marzo de 1938 la aviación italiana sorprendió a toda la población. Con el frente de guerra más próximo a 70 kilómetros de distancia nadie esperaba a los aviones; además los sistemas de seguridad fallaron y las sirenas que debían avisar a la población no sonaron, por lo que ninguno se dio cuenta hasta que las bombas empezaron a explotar a las 16:30 en el mismo centro de Alcañiz. Las 10 toneladas de bombas arrojadas en las calles alcañizanas -el doble que en Guernica- provocaban más de 250 muertos y 500 heridos en un bombardeo tan mortífero como olvidado.

   

Sobre la actuación italiana en Alcañiz, hace tres años escibí la entrada Alcañiz, 1938

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