jueves, 1 de agosto de 2013

La fiebre amarilla en Aldeanueva de Ebro

Los brotes epidémicos de uno u otro tipo han sido a lo largo de los siglos la causa de muertes masivas ante la mirada aterrada de una población impotente frente al posible contagio. Si durante la Edad Media y Moderna fue la temida peste la principal plaga epidémica, ya en el siglo XIX fue la fiebre amarilla y el cólera las que asolaron a la población.


Una de las principales medidas administrativas y sanitarias adoptadas para detener o/y evitar la extensión de la enfermedad fue el bloqueo de las poblaciones, estableciendo cordones sanitarios que los aislasen del con­tagio.

Esto fue precisamente lo que se hizo en Aldeanueva de Ebro en 1821,  ante la amenaza de la fiebre amarilla que ese mismo año empezó a desarrollarse a partir de Barcelona: impedir la entrada de personas que pudieran estar infectadas y aislar en lazaretos a los aldeanos ya contagiados.

Así reunida la Junta de Sanidad estableció toda una serie de medidas extraordinarias:

  • Control estricto de los viajeros que entraban al pueblo, quienes debían acreditar su conducta y salud.
  • Vigilancia de las cuatro puertas de entrada al pueblo.
  • Prohibición de entrada al pueblo de los mendigos.
  • Creación de dos lazaretos,  uno a kilómetros del núcleo de población para los enfermos contagiados y otro “limpio” en las inmediaciones dentro de la ermita de San Roque.

1821, octubre, 11. Aldeanueva de Ebro
Disposiciones de la Junta Local de Sanidad para controlar y evitar el contagio y propagación de la epidemia de fiebre amarilla.
Caja 13, carpeta 48,fols. 22v-23
"En la villa de Aldeanueva a onze de octubre de mil ochozientos veinte y uno. El señor alcalde constitucional y demas individuos de la Junta de Sanidad instalada en esta villa, por ante mi el escribano se acordo que inmediatamente se publique bando, facultando a todo vezino para que pidan los pasaportes a todo viagero de a pie y a caballo, sin permitirles entrar en esta villa, hasta tanto que acrediten su conduzta y sanidad.

Que se pongan cuatro guardias, que diariamente celen en las cuatro principales puertas de esta villa, que lo serán la portalada, calle grande, Arco del portal y camino de Autol, con el fin indicado.

Que no se permita la entrada a ningun pordiosero tenga o no pasaporte.

Que el mesonero, inmediatamente que se ospede algún individuo en su posada, especialmente de noche cuando se haian retirado los guardas, de parte de su prozedencia y pasaporte al señor alcalde baja la multa de 20 reales.

Que esto mismo egecute todo vezino de cuantos huespedes rezivan en su casa, bajo la misma pena.

Que las guardias cuiden los puntos que se les señalen con todo cuidado y vigilancia desde las siete de la mañana hasta el toque de la orazion por la tarde sin abandonarla bajo su inmediata responsabilidad y daños y perjuizios, y la multa de 20 reales.

Se establece por Lazareto para los enfermos contagiados de Epidemia, la casa Dezmera de los señores canónigos de Alfaro, sita en el término de Oyalengua, por ser el sitio más comodo y a proposito para el efecto, y para lazareto limpio la hermita de San Roque de esta jurisdicción.

Así lo acordaron y firmaron los señores de la Junta y Presidente de ella a que doy fe. (firmas)"

PRADO MARTÍNEZ, Miguel Ángel del (1991). La fiebre amarilla en Aldeanueva de Ebro, La Brujula: Guía informativa de Aldeanueva de Ebro, n. 10 (dic. 1991)

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