lunes, 16 de noviembre de 2009

Yo tan tranquillo

Echo hacia atrás el respaldo del asiento dispuesto a pasarme las nueve horas del viaje durmiendo como una marmota. ¡Qué me importa a mí si la azafata necesita un médico porque alguien esté enfermo, o tal vez un informático para reparar algún fallo en el sistema de trasmisiones, o incluso una señorita de compañía en caso de que el comandante sufra un ataque de ansiedad! Si algo bueno tiene este oficio es la seguridad de que nadie va a gritar desesperadamente ¡¡Por favor, si hay algún archivero en el avión que vaya urgentemente a la cabina!!

PILAR MARTÍN (Ganadora del concurso de microrrelatos “Trabajar en información y documentaciónorganizado por el Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Salamanca)

No hay comentarios: