Mientras dormía –de eso hace hoy siete años- se le rompió el corazón al Miguel. Era escultor, pintor, diseñador de mobiliario, director de cine… deportista incansable, y sobre todo buena persona. Se fue por la noche, de forma discreta y silenciosa, tal y como era él.
Es cierto que dedicó vida y obra a su pueblo, como señalaba recientemente Marisa Lanca , tras visitar por primera vez Aldeanueva de Ebro, y también es cierto que sus vecinos siempre se lo hemos agradecido dejándole hacer, apoyándolo y mostrando orgulloso las huellas explícitas de su trabajo.
Pero por encima del artista, todos aquellos que convivimos con él nunca lo olvidaremos porque su trato diario nos enriqueció como personas, porque nos mostró la capacidad de convicción que tiene el verbo cálido y la palabra precisa, porque nos enseñó a ver la belleza de lo cotidiano, de todo aquello que nos rodea.
Como recuerdo de su obra, Javier Jiménez elaboró en el año 2004 un documental que se puede consultar fragmentado en tres partes en Youtube.
La primera parte nos muesta algunas de sus creaciones escultóricas:
La segunda nos muestra la Exposición de Pintura realizada en la iglesia parroquial de Aldeanueva de Ebro del 19 de diciembre hasta el 6 de enero de 2004:
Y la tercera su taller, su casa…:
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