viernes, 1 de junio de 2012

Concurso Internacional de Relato Breve "Noches de BV80"

El presente nos ata a la realidad y nos obliga a ver, oler, tocar, sentir, vivir, lo que pasa en ese preciso momento. El pasado no. El pasado es voluble, moldeable, y al capricho y antojo de nuestra frágil y siempre subjetiva memoria, nos permite recrearlo, rehacerlo, reconstruirlo y si es preciso olvidarlo.



La memoria es una construcción inestable que se va modificando día a día. El paso del tiempo va desbastando, adelgazando, arrinconando los recuerdos más incómodos y molestos, y  a su vez actualiza, matiza, adorna, mejora, agiganta, los pasajes con los que nos sentimos más a gusto. 

Cuando se comparten un conjunto de memorias personales y se es capaz de elaborar un relato coherente de un pasado común para un grupo, se está construyendo una memoria colectiva. Y es precisamente esto lo que ha logrado Valtueña entorno a un periodo muy breve pero muy intenso de su vida, la primera mitad de los años 80, y  a un espacio muy concreto, el bar BV80 en Zaragoza, con sus noches llenas de cultura y vicio.

Pero Valtueña no es de fácil conformar, y en compañía de Marisa Lanca, están decididos a transformar el BV80 en un espacio mitológico poblado de personajes y de situaciones idealizadas, y para ello han creado el Concurso Internacional de Relato Breve "Noches de BV80" , y ayer 31 de mayo se dió a concer el fallo de su primera edición, y en la que resultó ganador el relato “Cumpliendo años” de Josep Desert , y que transcribo a continuación 

Una noche en el BV80 con Ed Harris
Subtítulo: Cumpliendo años
Autor: Josep Desert

Me llamo Edmundo. Y ayer maté a un hombre.
Es domingo. Domingo 29 de noviembre de 1981. Y ayer fue mi cumpleaños.
Zaragoza. Un muerto y dos personas heridas con pronóstico grave en el transcurso de una reyerta ocurrida a las tres de esta madrugada en las cercanías del club BV80.
Por causas que se desconocen, dos individuos discutieron con otro que resultó ser militar retirado. En un momento concreto Julián XXX, de 63 años de edad, teniente del Ejército de Tierra retirado, subió a su domicilio, próximo al lugar de los hechos, y cogiendo su pistola bajó y disparó contra los otros dos individuos, Enrique YYY, de 32 años, casado, que resultó herido de bala en el brazo y costado, afectándole a un pulmón, su pronóstico es grave, y Ramón ZZZ, de 33 años, casado, que resultó herido de bala en la cabeza, de pronóstico reservado.
Me llamó Edmundo. Y ayer cumplí 31 años. Yo 31. Enrique 32. Y Ramón 33. En progresión, como nuestra propia ruina.

Tres talegos de chocolate y un poco de farlopa fue lo que nos llevó hasta la Magdalena, y el “gitano” quien nos dejó en la puerta “del garito guay que os han abierto a los payos, en medio de nuestro barrio”.

Lo demás, ya no lo tengo tan claro.
Sé que había un camarero gordo de largas y descuidadas barbas que nos servía gintonics; niñatos entremezclados con pedantes de gafas de pasta y aspirantes a conspiradores enfudados en chaquetas de pana. Y farlopa, mucha farlopa.

Tras ser avisada la Unidad de Vigilancia Especial de la Policia Municipal, acudió al lugar de los hechos, encontrando al militar jubilado tendido en el suelo, con un tiro en la cabeza.
Los dos heridos fueron conducidos en un Ford Mercury rojo por un tercer individuo, que al parecer les acompañaba, hasta la puerta de un centro sanitario, donde los dejó antes de darse a la fuga.

Es domingo. Domingo 29 de noviembre de 1981. Ayer fue mi cumpleaños, y maté a un hombre.
Por las desiertas carreteras monegrinas resuena el “Back in Black” de AC/DC. Todo se ha vuelto negro.
Me llamo Edmundo, Edmundo Harris. Y ayer maté a un hombre.

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