martes, 30 de julio de 2013

El pósito del pan de Aldeanueva de Ebro: 1576-1991

Aldeanueva de Ebro a mediados del siglo XVI, contaba con unos 350 vecinos, quienes vivían de la ganadería y del cultivo de cereales y viñedo. La sequía del terreno los tenía acostumbrados a la escasez de las cosechas, por lo que de ordinario tenían necesidad tanto de pan para comer (elemento básico de su dieta alimenticia) como de trigo para sembrar.


Para mejorar esta situación se decidió hacer un pósito de pan, donde hubiese almacenado trigo abundante para poder prestar a los vecinos necesitados, vender a los panaderos, así como a los caminantes que pasasen por el pueblo.

Pero para poder comprar el trigo y hacer el pósito necesitaban una cantidad de dinero de la que el ayuntamiento no disponía, por ello tras conseguir el permiso de Felipe II el 23 de junio de 1576, se tomaron a censo 1000 ducados, cargados sobre las haciendas de algunos de los vecinos.

El día 29 de agosto de 1576, se reunían los regidores y alcaldes ordinarios del lugar para establecer las ordenanzas que habían de regir el pósito de Aldeanueva, y que dos meses más tarde, el día 20 de octubre, se leían en la plaza pública tras convocarse a los vecinos a campana tañida.

En dichas ordenanzas se establecía la necesidad de nombrar anualmente un mayordomo que se ocupase de las cuentas y administración del pósito, siendo el encargado de comprar el trigo en verano, cuando su precio era más barato.

Los alcaldes, regidores y personas de ayuntamiento serían los encargados de determinar el precio al que se vendería el pan, procurando que este no fuera muy alto y a su vez permitiera que el pósito tuviera ganancias.

Para evitar el fraude y robo por parte de quien estuviera al frente del pósito, se estableció que hubiera tres llaves diferentes en la cámara del pósito, cada una de ellas en manos de personas diferentes. Así mismo cuando el mayordomo dejaba el puesto debía demostrar los gastos e ingresos que había tenido.

Buscando la mejoría y aumento del pósito se ordenó sembrar en el término de los Quiñones una finca, cuyo producto se destinaría al dicho pósito.

Los 18 artículos que componían las mencionadas ordenanzas fueron aprobados por Felipe II el 20 de mayo de 1577, iniciándose a partir de entonces el funcionamiento del pósito del pan de Aldeanueva.

Gracias a él los aldeanos han dispuesto a lo largo de los siglos de trigo para poder sembrar, que les era prestado en otoño y lo devolvían una vez cosechado en verano, con un muy bajo interés.

El préstamo del trigo se anunciaba públicamente, para que todos los interesados pudieran acudir al reparto, y una vez que las autoridades supramunicipales daban la licencia para que este se produjera.

Un caso excepcional fue el producido en 1838, en plena I Guerra Carlista, cuando una partida de carlistas al frente del cura de Allo, amenazó con invadir el pueblo, y temerosos de que esta invasión se produjera, se repartió el trigo sin la licencia oportuna, para evitar que la mencionada partida se apoderase del trigo, una situación que ya se había producido 30 años antes, cuando las tropas napoleónicas en el saqueo general del pueblo rompieron la puerta de tres llaves del pósito, la cerradura de tres llaves del arca y se llevaron la documentación y el trigo.

El pósito no solo prestó trigo, sino que a su vez prestaba dinero a los agricultores para que pudieran llevar a cabo mejoras agrarias, siendo con el paso del tiempo esta la única actividad que llevaba a cabo.

El pósito que en otro tiempo fuera una de las principales y básicas instituciones municipales, y que llegaría a poseer importantes propiedades tanto rústicas como urbanas, con el tiempo fue perdiendo importancia, y con ella sus propiedades.

De ser una institución municipal prospera con autonomía económica, pasó a ser un servicio municipal más, estando obligado el ayuntamiento a destinar una parte del presupuesto a este servicio, para prestarlo a los agricultores necesitados de la localidad.

Hasta fecha reciente los bajos intereses del dinero que prestaba el pósito, permitió realizar mejoras y adquisiciones agrarias a los agricultores aldeanos.

En los últimos años, los préstamos solicitados no cubrían la cantidad destinada al pósito por el ayuntamiento, por lo que el dinero restante se prestaba a personas no necesitadas, para de este modo cubrir el préstamo que estaba obligado a hacer el ayuntamiento.

Por ello, considerando que el pósito en Aldeanueva había dejado de tener sentido, el pasado año de 1991 se decidió la supresión de dicho servicio, tras 414 años de existencia.



PRADO MARTÍNEZ, Miguel Ángel del (1992). El pósito de pan, La Brujula: Guía informativa de Aldeanueva de Ebro, n. 14 (abr. 1992)

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