viernes, 13 de septiembre de 2013

Relaciones laborales y conflictividad del campesinado riojano: debate con José Luis Gómez Urdañez

Reproduzco el debate seguido en el Grupo Aldeanueva Historica creado en Facebook por José Luis Gómez Urdañez, catedrático de historia moderna, dentro del proyecto que dirige para investigar el pasado histórico de Aldeanueva y escribir un libro sobre su historia.

En este debate el doctor Gómez Urdáñez nos explica la naturaleza de las relaciones laborales del campesinado en la Edad Moderna, sus formas de resistencia y reacción, el papel de los líderes en los movimientos sociales y nos expone un esquema teórico que nos ayuda a entender tanto las luchas jornaleras del siglo XVI como las del siglo XX.

Agradezco al profesor Gómez Urdañez la autorización para reproducirlo.

Miguel Ángel del Prado: David Alonso García en “Indignados del siglo XVI” analizó las semejanzas y diferencias entre el movimiento del 15-M y el de los comuneros en el siglo XVI. Para David Alonso trazar comparaciones entre fenómenos históricos separados en el tiempo puede llevar a entender mejor su espíritu. El espíritu y el objetivo de las ordenanzas del siglo XVI sobre jornaleros de Calahorra  es claro: contención salarial y limitación de los derechos de los jornaleros como vía para asegurar la rentabilidad de las explotaciones agrarias de los labradores calagurritanos ¿encontráis alguna semejanza con las regresivas reformas laborales del sigloXXI?.

José Luis Gómez Urdañez: Es muy difícil salir bien librado del ejercicio de comparar periodos históricos. En el siglo XVI, las relaciones laborales son impuestas por los concejo locales. La comunidad local se autorregula, pero aceptando el marco tardofeudal, es decir, la prevalencia de los privilegios. Por eso es tan importante ser hidalgo, salir del mundo de los pecheros y eximirse de las obligaciones comunitarias. Al imitar la vida noble, estos hidalgos fundamentan el señorío y las relaciones señoriales y, aunque Aldeanueva sea realengo, depende de la oligarquía local y de la calahorrana, que se rigen con los mismos criterios que los señores: son ricos hacendados, profesionales liberales, miembros de la burocracia. Al otro lado están los jornaleros. ..."los que viven por sus manos y los ricos". Los que viven por sus manos tienen un salario; siempre es escaso, por lo que la caridad actúa a menudo como amortiguador. Así, la oligarquía refuerza su papel paternalista, pues el salario es dar de comer. Por eso se dice "morder la mano que te da de comer". Y por eso, rebelarse, pedir más salario es considerado una inmoralidad e incluso una deslealtad. En esa sociedad, las relaciones basadas en la economía son pecado; el dinero contamina, además, los pobres siempre los tendréis con vosotros. Así las cosas, es inútil una comparación de ese tiempo con el siglo XXI. Nos puede emocionar ver a los de la Aldea gemir por el hambre de sus hijos, incluso portestar -quizás encontremos algún motín de subsistencias-, pero aceptan que es un castigo de dios y no una cabronada de los poderosos, a quienes de nuevo les pedirán protección ofreciéndoles incluso trabajar gratis.

Miguel Ángel del Prado: Pero si aceptaban tan resignadamente que sus males eran “un castigo de dios y no una cabronada de los poderosos”, como es que algunos jornaleros calagurritanos en el siglo XVI “hazen conçilios y monipodios diziendo que no an de yr a trabajar si no les dan de jornal lo que ellos quisieren”. Todos sabemos que hay que ser críticos con las fuentes documentales y tener siempre presente que lo que estamos leyendo es la versión de quien redactó los documentos. En el caso de las ordenanzas de Calahorra ¿nos podemos fiar de lo que dicen los labradores? ¿o se trata de una exageración –o quizás una mentira- de los labradores para dibujar el pretendido “gran deshorden” que ocasionan los jornaleros.

José Luis Gómez Urdañez: Claro. Esas reacciones, que son huelgas encubiertas, explican que el Antiguo Régimen español no se fosilizara y terminara en un sistema de castas. El gran desorden es cierto, tanto como el miedo a los concilios y monipodios, pero por encima está la estructura de privilegios, dinero y poder, y esa duró todavía unos siglos. Las protestas violentas en el campo son raras, pero la tensión es permanente, aunque sus formas de expresión son de extrema cautela. Pues se podía perder la vida. Con todo, influyeron poco en ampliar las brechas del sistema que lo iban a desmoronar -Marx nunca contó con el campesinado como fuerza transformadora- y por eso, tras la revolución burguesa, el jornalero siguió aceptando fórmulas de dependencia anacrónicas.

Miguel Ángel del Prado: Gracias José Luis por esta lección magistral sobre la Edad Moderna. En cuanto a lo que señalas de que “Marx nunca contó con el campesinado como fuerza transformadora“ es una más de razones que explican el arraigo del anarquismo entre el campesinado español –entre el que se incluía el riojano y por supuesto el de Aldeanueva- desde finales del XIX. Y los anarquistas no se caracterizaron precisamente por la aceptación de fórmulas de dependencia alguna. Así lo pagaron.

José Luis Gómez Urdañez: Así es. Completamente de acuerdo. Un matiz: en Aldeanueva casi todas las víctimas fueron de la CNT, sin embargo, en Autol y Quel, eran de UGT. El líder era el que decidía una u otra orientación. Tanto en Autol como en Aldeanueva estos líderes campesinos están perfectamente identificados. (¿no te tienta una comparación con Gordillo? Los puritanos como yo diremos que en 1933, cuando tenían hambre, no había uin Eroski para asaltar, aunque en San Vicente de la Sonsierra, cuando proclamaron el comunismo libertario, repartieron los alimentos que había en las tiendas, incluso una merluza que había en la pescadería.

Miguel Ángel del Prado: Nunca me han gustado las visiones históricas que presentan al pueblo, a la “multitud” acrítica y manipulable, siguiendo a un líder como si de un rebaño se tratase. Creo que hay razones económicas, sociales, laborales… que pueden explicar el arraigo del“comunismo libertario” entre los jornaleros de Aldeanueva, a diferencia de Autol o Quel que optaron por posiciones más moderadas. Como también hay razones que explican que el PSOE sea la opción política preferida de los aldeanos y el PP en Autol. El liderazgo es una consecuencia y no una causa.

José Luis Gómez Urdañez: No se sigue al líder como un rebaño. Cuando la situación es percibida como insoportable y se logra un cierto consenso para la acción, se necesita un líder que proporcione seguridad, objetivos concretos, simples y comprensibles, una organización jerárquica y expectativas de éxito. Sin alguna de esas condiciones, los movimientos en el campo se transforman en simple violencia volcánica y cuando se dan todas ellas se produce una respuesta "alienada", es decir, una respuesta aceptando las normas, los cauces jurídicos y la negociación: de ahí los pleitos de los de Aldenueva durante más de un siglo para sacudirse el yugo de los señores. Creo que este esquema teórico, contagiado del funcionalismo -lo acepto-, se puede aplicar igual a las luchas jornaleras del siglo XVI que a las reacciones violentas cenetistas en La Rioja el 8 de diciembre de 1933 y durante octubre de 1934 (aunque en estos años, la diferencia entre CNT y UGT en los pueblos no era muy clara; los viejos solían ser de la tradición negociadora de la UGT, mientras los jóvenes, con una nueva estética -pañuelo rojo y negro- engrosaban las filas de la CNT pidiendo el comunismo. Como es sabido estos "comunistas" son los que había en La Rioja, pues del PCE no había prácticamente nadie).

Miguel Ángel del Prado: Me parece un brillante esquema teórico de los movimientos sociales en la Edad Moderna, y cuya validez ya la demostró Pedro Lorenzo Cardoso bajo tu dirección, y que nos ayuda a entender el motín de Aldeanueva del año 1663.  

No hay comentarios: